jueves, 2 de junio de 2011

Coltán: el mineral de la muerte

El mineral coltán, es el causante de un conflicto bélico que se ha cobrado la vida de cuatro millones de personas desde 1997 y la desaparición de poblaciones de gorilas en la República Democrática del Congo.

 

     La extracción de Coltán, un mineral muy escaso y que es empleado para uso de alta tecnología; ha provocado un largo conflicto bélico interno en el país, que desde 1997 (una década) hasta nuestros días, ha causado más de cuatro millones de muertes. El control por las minas de este mineral escaso, así como por la extracción de diamantes, ha originado que este conflicto durara tantos años y se cobrase tantas muertes ante los ojos cerrados de la comunidad internacional. Han existido y existen aún verdaderas hambrunas en muchas regiones de este país que soporta una deuda externa casi insostenible. Sin embargo, es uno de los paÌíes con mayor riqueza, siendo La cuenca del río Congo, la segunda selva más importante de la tierra.

En las montañas del parque Nacional Kakuzi Biega, donde se extrae el Coltán, han acabado además con la vida de cientos de gorilas, perdiéndose para siempre poblaciones muy importantes para la supervivencia de este simio en peligro de extinción. Además para la declaración de Parque Nacional, se expulsó a tribus indígenas abandonándolas a su suerte sin que nada se haga por ellas. Los niños mueren de enfermedades y malnutrición cada día porque son incapaces de conseguir un hospital mejor equipado. Miles de civiles han huido al interior de la selva, donde se enfrentan al hambre y a las enfermedades. En menos de una década se calcula que han muerto cuatro millones de personas, sobre todo de hambre y enfermedades causadas por el conflicto.
Ha sido la guerra que más muertes ha generado desde la segunda guerra mundial, con mil víctimas mortales diarias. Otros miles acabaron con sus manos mutiladas, violaciones a menores y hasta la incalificable aberración de obligar a padres a cometer canibalismo con sus propios hijos una vez asesinados. Un verdadero infierno en la que el mundo cerró los ojos por claros intereses económicos. Mercenarios extranjeros alimentaban los enfrentamientos cambiando armas por los preciados metales, mercenarios pagados por el mundo civilizado, el mismo que utilizaba las materias primas con olor a muerte, el mismo que se horrorizó de las matanzas, el mismo que mando a los cascos azules a no hacer nada.


Medidas a adoptar: 

 Debemos emplear todos nuestros conocimientos en la técnica para que la humanidad avance, pero lo debemos hacer con el respeto a la naturaleza, sin que esos avances signifiquen por otro lado destrucción, desolación y muerte en la extracción de materia prima. Es importante el respeto al medio ambiente, a las poblaciones locales y que la recogida del Coltán, no se realice con enfrentamientos bélicos o matanzas de otras especies como los gorilas, bonobos, chimpancés... La Comunidad Internacional debería adquirir un Código de Conducta para impedir el comercio de minerales, madera, etc., que como consecuencia de la destrucción del hábitat, provenga de regiones en conflicto y donde no se respete el fundamental derecho: la vida. No se debe de permitir que estos recursos sean extraídos de países pobres donde el hambre, conflictos bélicos, dictaduras, explotación humana y destrucción de recursos naturales sea la norma, ya que el dinero obtenido solo beneficiará a los mandatarios de turno y su pueblo seguirá pasando hambre y miedo de vivir.

Se debe buscar los mecanismos suficientes para reciclar los teléfonos móviles al objeto de ser empleados nuevamente en la fabricación de los nuevos y un sistema de evaluación internacional que prohíba la entrada en el mercado de estas materias primas procedentes de zonas dudosas y sancionar de manera ejemplar, a las multinacionales que operan y se enriquecen cometiendo verdaderos crímenes contra la humanidad

El consumidor tiene la fuerza, el poder de hundir multinacionales. No son fuertes, los poderosos son los  ciudadanos de a pié que consumen los productos y por ello debemos de exigir que todos los artículos de venta incluidos los teléfonos móviles procedan de manos limpias, de palomas de la paz y no de sangre, muerte y destrucción.

Nuestro corazón ha de ser sensible al sufrimiento del mundo, sensible a cuidar una Tierra única en la que nuestros hijos y las generaciones futuras tienen derecho a vivir de igual forma que nosotros y por ello tenemos la responsabilidad de proteger nuestro entorno y a todos los seres vivos que en él vivimos.


Extractos de “Coltán: el mineral de la muerte” 
por Pedro Pozas Terrados,
Director Ejecutivo de Proyecto Gran Simio 
(GAP/PGS - España)


CAMPAÑAS DE RECICLAJE DE MÓVILES:


BASTET Conservatión
Fundación MONA
Instituto Jane Goodall